lunes, 23 de junio de 2008

El italiano que no creía en el catenaccio


 Se ha estrenado la nueva película de Nanni Moretti. Ah no, que no la dirige Nanni Moretti sino el desconocido Antonello Grimaldi. Sin embargo, en el cartel oficial de Caos calmo el nombre de Moretti aparece antes y en letras más grandes que el del director. Prueba inequívoca del carisma del autor de Caro Diario. Este carisma (que otros llaman ego desproporcionado) ha hecho de Nanni Moretti un personaje siempre polémico. Lo mismo se ríe de Berlusconi en la sátira política El caimán que radiografía el dolor de la pérdida de un hijo en La habitación del hijo.  
 Fuera de las pantallas se le acusa de egocéntrico, de anteponer su personaje a la causa que crítica. Como el equivalente italiano de Michael Moore. Nanni Moretti nunca ha escondido su compromiso con la izquierda en un país regido por el Il Cavalieri y el Vaticano. Precisamente la Iglesia ha puesto el grito en el cielo (¿dónde sino?) por una escena sexualmente explícita de Caos calmo. Un obispo italiano llegó a pedir a los actores que declaren objeción de conciencia cuando les pidan rodar escenas de sexo. Esto es, por lo menos, una postura antipatriótica considerando la nacionalidad italiano de uno de los grandes del cine porno.
 Respecto a Caos calmo, reproduzco lo que escribió Carlos Boyero con ocasión de su presentación en la Berlinale. 
     "Todo ello está contado al estilo Moretti. El argumento puede sonar a ya visto y oído, pero su desarrollo es muy original. Aunque te esté hablando de una tragedia, su mirada sobre las personas, los sentimientos y las cosas mantiene el sentido del humor y la calidez, el toque surrealista y la inteligente humanidad para entender las razones de todos los pintorescos o normales personajes que pueblan Caos calmo.
En el monólogo interior de este tipo, en su desamparo, en su agobio, en su hallazgo de otra forma de vivir, en su excentricidad, podemos reconocernos subterránea o transparentemente la mayoría de los espectadores.  "
  Precisamente fue esa mezcla de humanidad y surrealismo lo que me enamoró de este director con la que es una de mis películas favoritas: Caro diario. Verla es la mejor terapia para estos tiempos de Berlusconismo.



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